Opinión

Agradecimiento a la Unidad de Paliativos

CARTAS

CARTAS

Mi esposo, Ovidio, falleció hace poco más de un mes. Ni la edad ni la salud le perdonaron; con esto quiero decir que era mayor y estaba enfermo, pero siempre sacaba fuerzas para salir adelante en todos sus achaques.

A principio de año todo cambió, su salud se deterioró aún más. Comenzamos un camino de no retorno, su vida se apagaba y solo podíamos estar a su lado y así fue como, después de varias visitas a Urgencias y varios ingresos, llegamos la planta de Paliativos del Hospital Rodríguez Chamorro. Hablo también en nombre de nuestros hijos cuando digo que allí encontramos no solo grandes profesionales, sino un gran equipo humano, cercanos, empáticos y cariñosos, no solo con Ovidio, también con nosotros, capaces de darte un abrazo si sentían que lo necesitabas. No estábamos en casa, pero estábamos en un lugar donde se respiraba paz, tranquilidad y respeto, donde el silencio solo se rompía por la música que, por poner un ejemplo, salía del violín de Natalia, que tan generosamente regala su tiempo a quien ya casi no le queda.

De nuestro corazón solo puede salir el agradecimiento hacia todos ellos. No nos cabe duda de qué Dios puso "ángeles" para ayudarnos en los momentos más difíciles de nuestra vida.

Eternamente agradecida.

Guillermina Matellán Finez